Entre lo personal y lo esencial

Entre lo personal y lo esencial
Comentarios a un artículo del Sr. Anasagasti
El Sr. Iñaki Anasagasti ha decidido dedicar una de las entradas de su blog a analizar, de una forma muy personal, el cambio de ciclo que se está dando en la Secretaría General de Acción Exterior y Euskadi Global del Gobierno Vasco en general y en la Dirección para la Comunidad Vasca en el Exterior en particular.
La verdad es que no sabemos si el término “analizar” se queda corto o largo, pero más bien parece que nos encontramos ante una “amarga crítica” ante una decisión tomada por el actual equipo del lehendakari Pradales y del actual secretario general de Acción Exterior el Sr. Ander Caballero.
Hay un tipo de personas que consideran que su gran conocimiento y experiencia (indiscutibles) son imprescindibles en todo momento y que por lo tanto deben marcar siempre el devenir de los acontecimientos. Cuando están en situación de poder, aquél que no se lo reconozca es “orillado”. En el caso de estar alejados de los círculos de decisión no aceptan que su criterio no sea la bases de las decisiones. Cuando eso ocurre se convierten en críticos implacables.
No sabemos si el Sr. Anasagasti forma parte de ese grupo, pero su artículo da serias pistas para pensar que es así.
Que un miembro destacado de EAJ-PNV, que durante decenios ha tenido cargos de gran responsabilidad, realice una crítica tan dura ante la decisión de que los responsables del nuevo equipo de Lehendakaritza configuren un equipo en función de propio criterio, es desconcertante.
No parece recordar el radical cambio que se produjo en los cuadros directos de su partido final de la dictadura. Cuando quedaron “fuera” buena parte de los que mantuvieron izada la ikurriña de la resistencia en el “interior”. No parece recordar que lo natural es que haya ciclos y que no saber cuándo se acaba el de uno es muy grave.
Es claro que el actual secretario general de Acción Exterior tiene que demostrar su valía para ese puesto. En ese puesto, porque en lo referente a preparación, experiencia y capacidad de interacción con la comunidad vasca en el exterior, o con las autoridades internacionales, ya lo ha demostrado de una forma contundente.
Lo mismo que ha demostrado que, aparte de un claro perfil técnico imprescindible para ese cargo, también tiene un perfil político que encaja a la perfección con los objetivos del partido que lidera el Gobierno Vasco. Algo que, nos tememos, no tenía la responsable a la que ha sustituido.
Parece que al Sr. Anasagasti le ha dejado una profunda huella que los responsables anteriores le hayan reconocido la entrega de documentos y elementos de valor histórico que son propiedad del Gobierno Vasco o de EAJ-PNV y que aún se encontraban en sus manos. El agradecimiento, sincero y válido, debería darse cuando toda esa parte de la historia de la Nación Vasca deje de estar en manos ajenas a sus dueños, por muy valiosas y cualificadas que sean estas, y se restituyan a sus legítimos propietarios. Algo que tendría que darse sin dilación, como, después de mucho esfuerzo, se ha conseguido hacer con el edificio de la Avenue Marceau. Esperemos que en este caso no se tarde tanto.
Con respecto al cese del director general para la Comunidad Vasca en el Exterior, el Sr. Gorka Álvarez, no hay duda de que era consciente de que, con el cambio de gobierno, empezaba una nueva etapa para él. De otra manera no se explicaría su mensaje, nada más conformado el nuevo gobierno, de que su labor se iba a centrar en su cargo en el Ayuntamiento de Irún.
En relación con su labor a lo largo de estos años, no parece que la mayor parte de la colectividad vasca tenga la misma impresión que tiene el Sr. Anasagasti sobre la misma. Puede que haya estado demasiado constreñido por una Secretaria General que tenía una visión de su labor más funcionarial, de funcionario de una comunidad autónoma del Reino de España, que de un miembro de un gobierno vasco que era heredero de aquel que se enfrentó al fascismo y luchó por las libertades del pueblo que representa.
Pero la verdad es que tampoco ha demostrado una gran capacidad en la gestión de la dirección o en la puesta en marcha de herramientas que deberían ser fundamentales para el futuro de esa comunidad vasca en el exterior. Por poner unos ejemplos:
- Ha sido incapaz de implementar una red operativa que permita a los centros vascos, y al conjunto de la comunidad vasca en el exterior, trabajar de una forma coordinada, sumando fuerzas, compartiendo recursos y apoyándose. Las dos herramientas puestas en marcha para cumplir esa labor se han demostrado inoperativas.
- Ha mantenido, sin transformación alguna, un sistema de subvenciones directas a los centros vascos que están obsoletas y que dan lugar a situaciones que se pueden considerar, como poco, de dudosa legalidad. Como puede ser la de recoger, año tras año, en el BOPV la concesión de una de esas subvenciones (de las más altas) a un centro vasco concreto. Una centro vasco que aparece en el BOPV con un nombre erróneo, similar al de otro centro vasco que no recibe subvención alguna. Una situación que se ha mantenido en el tiempo a pesar de tener constancia de ello, con los consiguientes quebraderos de cabeza para el centro que parece que recibe ayudas y no las recibe.
Hace falta “sangre” nueva e ideas nuevas. No solo en la cabeza de esa dirección sino también en el resto del equipo que la conforma. En una cosa tiene mucha razón el Sr Anasagasti, hace falta escucha activa. Pero no de los responsables actuales para con los que con anterioridad han realizado labores similares. Hace falta mucha comunicación multidireccional y mucha voluntad de mejorar por parte todos los agentes implicados.
Hay modelos de éxito que podrían valer de referencia para iniciar una nueva etapa para esta área clave para la comunidad vasca. Debemos revisar y cambiar un modelo del último tercio del siglo XX, para poner en marcha uno para el siglo XXI. Entre otras muchas razones, porque la comunidad vasca en el exterior de hoy en día se parece muy poco a la de hace 50 o 60 años. Es cierto que en todos los casos están formada por vascas y vascos, pero son muy diferentes.
En todo caso, si hay una constante que se mantiene y que el Lehendakari Aguirre definió muy bien:
Los centros vascos son la representación de nuestro país en el mundo
Una gran responsabilidad para ellos y, sobre todo, para las instituciones vascas
Limako Arantzazu Euzko Etxea
La Junta Directiva
Fotografía de cabecera: Vascos de Argentina desfilan por las calles de Buenos Aires